A pesar que mi bolígrafo ha escrito muchas cartas y pensamientos (de amor, de odio, de decepción, de amistad, de despedida, de soledad) hoy escribo algo diferente e inusual:
Te escribo a ti, mi niña de 18 años.
Para empezar, tratar de describir que siento cuando estás a mi lado me es muy difícil. Te entregas como toda una mujer, pero en tu sonrisa y en tu mirada aún están reflejados rasgos de inocencia, rasgos de tu niñez.
Al sentir tu piel , me atrevo a tomar tus sueños con mis muchos años y consabidas mañas, las cuales tú aceptas y apruebas con un beso. TE AMO por tu juventud pero también me asusta mi madurez ante tus años mozos.
No sé cuanto tiempo pasará antes que mi cuerpo y mis energías empiecen a ser reclamados por las muchas noches en vela y tu erotismo comience a surgir en toda su plenitud
Pero mientras llega ese momento, niña - mujer, mujer - niña, espero seguir en tu piel como tú sigues en mis pensamientos
Por cierto, yo tengo 39, tú apenas 18... Es de madrugada y te extraño, TE EXTRAÑO!